EL CINE Y LAS ENFERMEDADES MENTALES

El cine, el arte del pueblo, la gran ventana capaz de exponer desde los temas más universales a visibilizar nichos o minorías. Estos temas universales componen, a su vez, los géneros cinematográficos, véase: amor-cine romántico, miedo-terror, violencia-acción... 

Podemos decir que el siglo XXI ha traído consigo el aumento (o quizás solo una mayor visibilización) de un tipo de enfermedades, fuertemente estigmatizadas durante mucho tiempo. Y no, no estoy hablando de ninguna enfermedad de carácter vírico. En una sociedad donde nuestras necesidades básicas están prácticamente cubiertas, con una competitividad exacerbada propia del sistema y la promesa de una igualdad de oportunidades irrisoria, la angustia, la ansiedad y un largo etcétera, se convierten en el pan de cada día pudiendo acabar en senderos mentales muy peligrosos. Aunque esto es solo una generalización solo aplicable a países desarrollados, por motivos obvios. 

¿Cómo ha tratado el cine las enfermedades mentales?

Para empezar, podemos establecer dos diferenciaciones en cuanto a su tratamiento cinematográfico. Por un lado, tendríamos las películas cuyo tema central y eje giran en torno a una enfermedad mental de uno de los protagonistas, siendo este el motor de la trama y sus acontecimientos. Por el otro lado, encontramos películas que, enmarcándose en un género en cuestión, establecen alegorías que subyacen la idea de una enfermedad mental, más o menos evidente (a gusto del autor). Pero expliquemos esto con ejemplos, que siempre es mejor. 

Directo y al grano

Cuando una película se estructura en base a la idea de una enfermedad mental suele afectar al tono de la misma y, por lo tanto, a su género. Es por ello que podemos encontrar una inmensidad de films que tratan este nicho a través del drama. 

La reciente ´JOKER` se enmarcaba en este mismo género. A través de la potencia de sus imágenes, pero sobre todo, a través de su "oscarizada" banda sonora, marcan el ritmo de forma constante y ascendente hacia la locura de su protagonista. 

Pero no querría dedicar la entrada a películas de este estilo pues, no es lo más habitual padecer una enfermedad mental y acabar vestido de payaso en una revolución social. Por ello, películas como ´La Naranja Mecánica`o ´American Psycho` tendrán lugar en otro momento dentro de este blog, pues funcionan más como sátira y crítica social que como representación de problemas mentales del ciudadano común. 

Si tenemos que buscar un director contemporáneo que haya tratado estos temas de forma formidable en sus películas este sería Sam Mendes, que conocerás por la estrenada en 2019, ´1917`. Acostumbrado a derribar los pilares de las formas de vida de la sociedad estadounidense, ´Revolutionary Road`(2008) ofrece el relato más crudo sobre lo que puedes significar el vacío vital y la depresión sin motivo aparente. Leonardo Dicaprio y Kate Winslet protagonizan el típico matrimonio yanke de los años cincuenta, como si una realidad alternativa sin Titanic se tratara. A veces tener "todo lo que debes tener" no te garantiza la felicidad. 

Pero, sin duda alguna, su mejor obra es su opera prima, ´American Beauty` (1999). La ganadora del Oscar de ese año, partiendo de la misma línea temática, ofrece una visión mucho más optimista. Protagonizada por Kevin Spacey, su composición, uso del color y la curiosa mezcla de tristeza junto con motivos de más para apreciar la vida, trazan en una misma linea un relato de aunténtica poesía visual.

” Es genial comprobar que todavía tienes la capacidad de sorprenderte a ti mismo”.
Lesther Burnham (Kevin Speacy) 


Otra película que no se corta un pelo en su tratamiento de la depresión es ´Two Lovers`. La película comienza con su protagonista, interpretado por un siempre magnífico Joaquin Phoenix, intentando suicidarse. Una vez establecido el problema de nuestro protagonista la película se debate entre dos mujeres que aparecen en su vida, su vecina alocada y extravagante y otra, sencilla y encantadora. Su valiente final puede llegar a hacer que cierto tipo de espectador se cuestione algunas cosas. 

El Biopic también es una de las formas más interesantes de explorar las enfermedades mentales a través del cine. Poniendo la lupa sobre un personaje con cierta relevancia histórica, sus dramas personales los humanizan acercándoles al espectador. ´El Aviador` de la dupla Escorsese-Dicaprio o ´Una mente maravillosa` protagonizada por Rusell Craig se encuentran en esta vertiente. 

Pero no todo tiene que ser drama, la conocida ´El lado bueno de las cosas` explora la bipolaridad y la depresión a través de sus protagonistas (Jennifer Lawrence y Bradley Coopper), mediante la comedia. Este género funciona perfecto para enmascarar la crudeza de algunas historias, haciendo sentir más cómodo al espectador con lo que aparece en pantalla. Nunca se debe desmerecer la comedia por debajo del drama para contar historias que en su planteamiento parezcan trágicas pues, si es honesta con la realidad, pueden llegar a ser más útiles para con su mensaje. Un ejemplo de ello podría ser ´Una historia casi divertida` dónde un adolescente depresivo es internado en un psiquiátrico. Las pintorescas situaciones hacen que el relato, en un principio poco agradable, funcione como un tiro. 

La correcta combinación del drama y la comedia han traído clásicos como ´Alguien voló sobre el nido del cuco`, una película sorpresiva para la época que humanizaba los enfermos mentales y se atrevía a criticar el sistema psiquiátrico estadounidense. 

“- ¿Por qué cree que ponen en duda su estado mental?
- Porque no me estoy quieto como un vegetal.”

Parece que casi todos los films que podemos encontrar, independientemente de su género, presentan un tono adulto, pero eso no significa que no podamos encontrar animaciones para toda la familia que ayuden a entender el funcionamiento de la mente humana. ´Inside Out`, una de las mejores películas de Pixar de la década, simplifica las emociones humanas en una preciosa premisa argumental que ofrece más lecturas de las que puedes pensar en un primer momento, casi te puedes creer que funcionemos de dicha manera. Visionado obligatorio para todo cinéfilo que se precie.  

El poder de la metáfora 

A veces el camino literal no tiene que ser el mejor para cierta propuesta artística. Cuando la metáfora es el camino para subyacer una enfermedad mental en un film, suele haber dos formas de llevarlo acabo: con un giro de guion final que revele al espectador la realidad de todo lo ocurrido (´Shutter Island`, 2010) o manteniendo el símil durante toda la película para dar pie a diferentes interpretaciones por parte del espectador (´Donnie Darko`, 2001). 

Ambos recursos, aunque en una misma línea temática, provocan impresiones totalmente diferentes. Mientras que un giro de guion suele tener una finalidad más efectista, algo así como decir "ou, vale, ahora lo entiendo todo", una película que no revela las cartas de intención del autor, suele tener una finalidad más introspectiva, el fin de hacer sacar al espectador sus propias conclusiones. El resultado de ambas propuestas dependerá de la calidad de su ejecución.

Veamos algunas películas. Dos famosos films con giros de guion en nuestra línea de discusión son, ´Shutter Island` (2010) y ´El Club de la lucha` (1999). Aunque totalmente diferentes en su trama, siendo un thriller policiaco en los años 50 el primero y un drama satírico de principios de siglo el segundo, ambos presentan en su tercer acto un giro de guion que altera la concepción total de la película y su protagonista, haciendo más interesante un segundo visionado. 

Diferente en tono pero, similar en cuanto a estructura podemos encontrar a  ´Cisne Negro` (2010). Esta película de Darren Aronofsky protagonizada por Natalie Portman trata la ansiedad y el estrés a través del terror psicológico. También presenta ese giro de guion final del que hablamos, que aporta un mensaje más contundente al conjunto de la obra. 

La lógica del Cisne Negro hace que lo que no sabemos sea más importante que lo que sabemos.

Sin embargo, a veces el autor prefiere no revelar sus cartas al final de la obra. Entre estas películas tan predispuestas a tardes de café y debates, podemos encontrar a ´Enemy`(2013). Jake Gyllenhaal interpreta a un profesor universitario que descubre por pura casualidad que tiene un doble exactamente igual que él (interpretado también por el mismo Gyllenhaal). La paranoia constante envuelve tanto al protagonista como al espectador que se debate entre lo literal y el símil enrevesado. Su cierre es de aquellos que son imposibles de dejarte indiferente, y que, cuando consigues entenderlo, te maravilla. 

Jake Gyllenhaal en ´Enemy`(2013) de Dennis Villeneuve

Otro de esos directores que narra en sus películas mucho más allá de su premisa argumental es Lars Von Trier. En ´Melancolía` (2011) cuando un planeta se dirige a colisionar con la tierra, dos hermanas (Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg) se enfrentan de formas distintas a sus últimos días. Potencia visual y reflexiva. 

Diferentes formas, un resultado 

Diferentes formas de hacer cine, diferentes propuestas artísticas pero con un denominador común, el mensaje. Y es que las películas o, mejor dicho, el buen cine, no solo cuenta historias, te hace reflexionar, te identifica, te hace preguntas, te enseña. 

"La vida no es más que un interminable ensayo, de una obra que jamás se va a estrenar" (Amelie)










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